Tesis: Lo ausente como discurso […]

Lo ausente como discurso:  Elipsis y fuera de campo en el texto cinematográfico.
Francisco Javier Gómez Tarín.

Director: Juan Miguel Company Ramón.
Defendida el 28 de febrero de 2003.

El punto de partida es la oposición al modelo de representación institucional para buscar en elipsis y fuera de campo un camino desestabilizador que evidencie sus carencias y contradicciones más profundas mediante la plena asunción como discurso de lo ausente, lo no visible, a través de la connotación. Desde la tipología física, material, que aportan otras teorizaciones, se desarrolla una alternativa, abierta, que no sólo tiene capacidad para contemplar la perspectiva del modelo hegemónico sino que abre también el camino para una ruptura con él.
La primera parte de la tesis está dedicada al establecimiento del marco teórico y del estado de la cuestión al tiempo que sitúa la perspectiva (desde dónde se habla). Tiene por objeto delimitar los conceptos básicos del proyecto. La definición del objeto es múltiple, de ahí la necesidad de enmarcar y, sobre todo, de fijar el punto de vista, el lugar desde el que se efectúa la reflexión, que no puede abstraerse de su relación contextual y, por tanto, de su posicionamiento ideológico.
Se rechaza tajantemente la existencia de leyes universales para el artefacto fílmico y la investigación se centra en el cine de ficción narrativa. Por su propia naturaleza, todo filme es ficción puesto que se trata de un haz de luces y sombras que (re)presenta 1) un espacio y un tiempo ausentes, 2) que ciertamente tuvieron lugar ante el objetivo de la cámara y han quedado fijados a través del mecanismo de impregnación fotográfica. (Re)presenta, es decir, vuelve a hacer presente algo que una vez estuvo ahí: el profílmico. Por ello, una reflexión importante es la de realidad frente a impresión de realidad: la realidad sufre un proceso de percepción que genera una representación sobre la que se aplica la enunciación -por parte de un sujeto y a través de un aparato tecnológico y discursivo- para construir un relato (narrativo y/o mostrativo) de ficción que, en ocasiones, se reviste con los atributos de la supuesta realidad en origen.
La impresión de realidad es un procedimiento discursivo con marcado contenido ideológico que refuerza los mecanismos de naturalización en el modelo de representación hegemónico, pero se trata precisamente de eso, de una impresión que sólo afecta a los sentidos en la medida en que se desencadenan otra serie de parámetros que tienen que ver con la construcción del relato, con la fruición espectatorial y con la competencia de lectura. El relato cinematográfico puede resultar verosímil, pero no es nunca veraz. Ahora bien, lo que el modelo dominante pretende, al instaurar una norma y promover una dirección de sentido, es todo lo contrario: trata de conseguir la conversión de la verosimilitud en veracidad.
Se desmitifica la existencia de un lenguaje cinematográfico con una sintaxis propia. La posición que se mantiene es la defensa de un lenguaje cinematográfico (que no lengua) capaz de autoformularse, autocodificarse, en cada artefacto discursivo, de tal forma que el uso de códigos puede ser efectivo pero no tiene por qué obedecer a una reglamentación preestablecida.
La ausencia, por su parte, es un factor estructural y estructurante del cine, ligada estrechamente a la percepción espectatorial, que no puede ni debe entenderse como carencia. El campo pierde su condición narrativa para reclamar de lo ausente el complemento que subvierte su carencia diegética, y todo ello tiene lugar en el interior de una escala cualitativa que patentiza: 1) la fragilidad del campo como significante de la representación, y 2) la fuerza del fuera de campo como generador de sentido. El encuadre responde al “punto de vista” aplicado, es la forma de mirar, lo que permite señalar el nexo entre los aspectos materiales e inmateriales, entre lo rodado y lo proyectado, entre la captación del profílmico y la exhibición del filme concluido. La relación entre el contenido del plano y lo exterior a él (no visible en ese momento, pero actualizable) es dialéctica; una serie de marcas se convierten en lazos que unifican en un todo lo que es una suma de partes aparentemente inconexas cuya vinculación está férreamente asentada por las “llamadas” a y desde la imagen.

La segunda parte aborda el análisis diacrónico del corpus, formado por un número significativo de películas de muy diversas épocas, atendiendo a fechas de producción, géneros y procedencia, de tal forma que se ha llevado a cabo una puesta en línea de las tipologías formuladas en la primera parte con tales ejemplos concretos, revelando las carencias y buscando una nueva taxonomía.

La tercera parte la componen las conclusiones, con la generación y constatación de la nueva tipología, e incluye la propuesta de desarrollo posterior de la investigación. Así, se define el discurso cinematográfico como una producción de sentido de carácter persuasivo que permite distinguir dos momentos en su formulación, el de la enunciación -en origen-, que corresponde al emisor, y el de la interpretación (o lectura) -en destino- por parte del espectador. Si el discurso emitido permite distinguir dos tipos -con voluntad de transparencia enunciativa o con voluntad de desvelamiento-, no hay modelos exactos, siempre son graduales: “institucional”, “dominante” o “hegemónico” es aquel modelo de representación cinematográfica cuya voluntad en origen es la búsqueda de la transparencia enunciativa, sea o no conseguida, y que se ajusta a los parámetros de habitabilidad, linealidad y clausura. La voluntad emisora se aplica a través de la enunciación, que construye el significante; lo ausente -la elipsis y el fuera de campo- tiene una relación íntima con esa enunciación y según la voluntad es su tratamiento.
La relación de la elipsis con la temporalidad y del fuera de campo con la espacialidad no es biunívoca sino dialéctica e implícita, por lo que hablamos de tiempo-espacio para la elipsis y de espacio-tiempo para el fuera de campo. La manifestación de la elipsis (tiempo-espacio) es más intensa con respecto a la focalización (como saber) mientras que la correspondiente al fuera de campo (espacio-tiempo) se vincula más directamente al punto de vista y, en consecuencia, a la ocularización y auricularización (como ver y oír).
La tipología final -refundida en una estructura jerárquica entre las páginas 1305 y 1316-, se hace eco de las múltiples aportaciones asumidas y de las reflexiones propias, para construir un diagrama de parámetros en distribución jerárquica que ya no se limita a los conceptos físicos y/o narratológicos sino que apunta hacia un afán totalizador.
Concluye la investigación con una serie de propuestas de trabajo resumidas en tres apartados: 1) Aspectos teóricos en torno al discurso, profundización y elaboración de estudios específicos sobre la elipsis y el fuera de campo en su incidencia sobre el discurso y la enunciación. 2) Fragmentaciones tipológicas desde las que constatar el diagrama establecido, con el ánimo de alterar aquellos parámetros que así lo requieran; para ello, se debe intentar la atención a bloques compactos cuya sistematización hace posibles muy diversas opciones: historiográfica, autoral, parcial taxonómica. 3) Aplicaciones prácticas, fruto de la voluntad de construir discursos de carácter alternativo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.