La crisis de lo real. Representaciones de la crisis financiera de 2008 en el audiovisual contemporáneo (2018)

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El volumen ha recibido financiación de los proyectos de investigación «La crisis de lo real: la representación documental e informativa en el entorno de la crisis financiera global» (P1·1A2014-05) y «El sistema de investigación en España sobre prácticas sociales de comunicación. Mapa de proyectos, grupos, líneas, objetos de estudio y métodos» (cso2013-47933-C4-4-P), dirigidos como investigador principal por el Dr. Javier Marzal Felici, financiados respectivamente por la Universitat Jaume I de Castellón (Plan de Promoción de la Investigación 2015-2017) y el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España (Plan Nacional de I+D+i014- 2016/2017), respectivamente.

Javier Marzal Felici, Antonio Loriguillo-López, Aarón Rodríguez Serrano y Teresa Sorolla-Romero (2018) (eds.) La crisis de lo real. Representaciones de la crisis financiera de 2008 en el audiovisual contemporáneo. Valencia: Editorial Tirant Lo Blanch.

Este libro recoge una amplia y detallada panorámica sobre las representaciones audiovisuales de la crisis financiera de 2008 a través de un total de trece capítulos.

En el primero de ellos —“La crisis financiera de 2008 a través de la fotografía y el cine mainstream: entre la crítica y la legitimación del modelo económico neoliberal”—, Javier Marzal Felici y María Soler Campillo abordan desde los postulados de la teoría de la imagen una serie de imágenes y textos audiovisuales de alto impacto sobre los orígenes y las consecuencias de la crisis económica y financiera de 2008. Los autores efectúan un análisis sistemático de textos de gran difusión internacional, desde las fotografías seleccionadas en los sucesivos World Press Photo (2008-2013) a una selección de filmes de ficción y documentales que tienen como tema el colapso del sistema financiero mundial. En ambos casos, detrás de una apariencia deconstructiva y crítica del sistema económico, político, social o cultural vigente, la concepción de la representación como espectáculo parece más bien legitimar el modelo económico neoliberal hegemónico, poniendo el acento, principalmente, en la dimensión más sensorial y emocional de la recepción y consumo de imágenes.

Parafraseando a Marta Martín Núñez, autora del capítulo “Retorcer lo real: discursos de la fotografía documental contemporánea”, esa misma crisis emerge en el contenido, pero también en la forma de los trabajos más estimulantes de la última generación de fotógrafos españoles que ha protagonizado en los últimos años exposiciones en festivales internacionales. A través de una rigurosa contextualización del documentalismo español con respecto a las sucesivas etapas de una disciplina caracterizada por su compromiso con su realidad, la autora analiza una puesta en crisis del lenguaje documental hegemónico —por el ruido, por la sobreexposición, por la fragmentación— y su relación con el hastío hacia los estragos de una recesión económica, social, institucional y mediática que ha condicionado su desarrollo profesional y vital.

Por su parte, Shaila García Catalán avisa en su contribución —“Los desheredados. El Otro pulverizado en nuestra cultura visual”— que “la crisis de la realidad llega cuando el Otro, en lugar de organizar los velos, muestra lo ilimitado del goce”. Mediante el cruce del análisis textual y de la teoría psicoanalítica lacaniana, la autora pone a dialogar las representaciones de los personajes históricos del periodo —de Juan Carlos I a Donald Trump— con algunos de los  protagonistas más descocados de la ficción de la época. A ello, la autora añade una reflexión sobre tropos y rutinas visuales de la contemporaneidad que incide en lo errante del sujeto y de una crisis de la realidad que es, a fin de cuentas, una crisis de las ficciones.

Aarón Rodríguez Serrano nos hace creer en la existencia de fantasmas, es pectros que acechan desde la ruina del hambre, del deseo y del futuro  cautivo por una crisis que encuentra en el terror un hogar donde quedarse. Mediante una relación entre la crisis inmobiliaria y el tratamiento de los espacio domésticos del cine de terror de la última década, el autor presenta al hogar doméstico como emblema total de la crisis. Su propuesta de análisis identifica el rastro de las consecuencias de los brutales recortes y la erosión del estado del bienestar en la representación de lo siniestro y lo monstruoso.

Abundando en la crisis, en este caso en su vertiente de la subjetividad individual atravesada por los traumas del individuo contemporáneo, Teresa Sorolla Romero recupera Abre los ojos (A. Amenábar, 1997) como la pionera de las mind-game films españolas en su capítulo “Narrativas dislocadas para presentes inciertos: Abre los ojos como mind-game film”. Paradigmática de la corriente narrativa más ambigua de la cinematográfica postclásica, la autora presenta al filme de uno de los autores españoles más reconocidos como una estimulante reflexión acerca de la desconfianza hacia el progreso tecnológico mediante paranoias conspiratorias, amnesia y una evidente crisis de identidad.

También en el terreno de lo fílmico, José Antonio Palao Errando se aproxima en su contribución a cómo la ocularización en primera persona tiene de sintomático de la competencia interpretativa de las audiencias contemporáneas. Bajo el título de “POV Style: la transparencia como obstáculo para el sentido y su tratamiento en Colossal de Nacho Vigalondo”, el autor trabaja sobre el último estreno de otro autor español de prestigio para explicitar el acatamiento de los espectadores de hoy de un esquema narrativo que, lejos de resultar abstruso, bebe de los esquemas del cine de integración narrativa y de la escritura del campo-contracampo.

Por su parte, Roberto Arnau Roselló aborda en “¿Para qué recordar? Representaciones del pasado en el cine de lo real: Fabricación, reconstrucción e interpretación de la(s) memoria(s) colectiva(s)” una aproximación a lo que él denomina “una amnesia social contemporánea” a través de un estudio longitudinal sobre la representación documental. El autor reivindica la necesidad de memoria en el contexto actual y apunta precisamente a que la imagen documental no sólo es el pilar simbólico que sustenta la memoria digital, sino que continúa siendo ese recurso ambiguo que, a la vez, nos hace creer y nos hace dudar sobre los mecanismos de construcción de la realidad.

En “Representar lo irrepresentable… y alcanzar una pátina de lo real, Pablo Ferrando García y Francisco Javier Gómez Tarín articulan la problemática relación entre representación, discurso y realidad desde su análisis sobre el punto de vista en uno de los filmes europeos más urgentes y reconocidos de los últimos años. Apoyados en la atención a la gestión de saberes mediante la focalización y la ocularización llevados a cabo por el sujeto de la enunciación, los autores inciden en la restricción de información del protagonista y su reflejo mediante la asfixiante representación de su percepción sensorial en pantalla.

La vigencia de la crisis es también palpable desde las propuestas dramáticas provenientes de las televisiones públicas del norte de Europa. Nekane Parejo Jiménez expone en “Crisis del Estado de bienestar y la familia nórdica en las tramas de Bron/Broen” la crítica explícita que se realiza desde uno de los más aclamados exponentes del policiaco escandinavo a un sistema social que, si bien es modelo para el resto de Europa en ciertas materias, cuenta también con unas densas sombras. La autora encuentra en la agenda de este drama procedural policiaco un examen severo a toda una serie de problemas —el olvido de los sin techo, el acceso a vivienda, las leyes de emigración, los recortes en psiquiatría en la sanidad pública, el cambio climático— que discuten la imagen idealizada del estado de bienestar en crisis.

También sobre ficción televisiva, aunque esta vez en el contexto del sur de Europa, el capítulo de Esteban Galán Cubillo tiene como arranque a Crematorio, serie española ubicada en el simbólico contexto de la corrupción en el litoral mediterráneo. En “La representación de la crisis en el relato de ficción: del Madrid de Martín-Santos al Misent de Chirbes” el autor ofrece una comparativa entre las adaptaciones audiovisuales de las novelas Tiempo de Silencio y Crematorio con la intención de obtener una instantánea de la sociedad española en dos épocas de crisis, la década de 1940 y las postrimerías de la eclosión de la burbuja del ladrillo en el s. XXI.

En el contexto de la crisis también han emergido iniciativas creativas desde los márgenes de la maltrecha industria cinematográfica española en la búsqueda de un espacio efímero pero representativo. Agustín Rubio Alcover y Antonio Loriguillo-López realizan la primera aproximación integral a los #Littlesecretfilms, el más destacado movimiento organizado del cine español en la crisis. En su capítulo “Proclaiming devices. Autorreferencialidad y performatividad en #Littlesecretfilm”, los autores, mediante un exhaustivo inventario de sus recursos expresivos y narrativos relacionados con el manifiesto del movimiento en forma de decálogo de producción, se acercan al heterogéneo discurso de un movimiento que representa tanto a la precariedad profesional como también a la voluntad de seguir desempeñando una profesión durante los años de la crisis.

La aproximación de Samuel Gil Soldevilla y Elvira Antón-Carrillo a la enunciación publicitaria de la crisis en “Despertar: la sutura publicitaria de la crisis de lo real” parte de una aparente contradicción: la asimilación de mensajes ajenos al fomento del consumo por parte de la publicidad. Tomando como caso de estudio la célebre campaña de Campofrío, los autores se embarcan en un análisis de su discurso con la finalidad de desenmascarar el espíritu individualista del neoliberalismo latente bajo una apabullante interpelación emocional desprovista de todo matiz crítico.

Por último, Emilio Sáez Soro repasa, en “Gamificación de la vida cotidiana”, la integración total del videojuego en el día a día de las sociedades contemporáneas. Crítico con las incoherencias de la progresiva ludificación de nuestra vida —un hecho en el que subyace una continua presión por alcanzar un óptimo rendimiento laboral, social y personal—, el autor explora el grado de utilidad que la aplicación de estrategias de gamificación tiene en una panoplia de contextos organizativos. Son los ámbitos cercanos a la cultura y a la enseñanza, aquellos donde la motivación externa no degenera el objetivo que se persigue, los que cuentan con un mayor grado de coherencia.